Natalia Alonso
Su sentido del humor puede pasar de envidiable a malísimo con total facilidad. Eso sí, una vez que ingresa en el camino del doble sentido, es imparable. Frente a tensiones y contracturas varias, sus masajes suelen ser los más solicitados por el resto de la comunidad percantera.
A pesar de la pequeñez de su boca debe controlar el volumen de su voz cuando canta: abajo, en el medio o arriba.
Su afán de colaboración la llevó a encargarse de las finanzas. Lo que se dice: “un tesorito”.